Durante mas de 400 millones de años las plantas han establecido una asociación mutualista conocida como micorrizas con ciertos hongos del suelo, conocidos como hongos formadores de micorrizas (HFM). Actualmente, cerca del 80% de todas las plantas terrestres son capaces de establecer esta asociación mutualista, incluyendo a la gran mayoría de cultivos agrícolas, hortícolas y especies maderables. Los hongos formadores de micorrizas son biotrofos obligados ya que dependen de su hospedero vegetal para proliferarse y sobrevivir. De esta relación se derivan una gran cantidad de beneficios ampliamente estudiados, entre ellos podemos encontrar una mejor nutrición mineral y una mayor capacidad para superar condiciones de estrés abiótico y biótico, esto se logra a través de una sofistica red de señales que ayudan a mejorar y afinar los mecanismos de defensa necesarios para sobrevivir en condiciones adversas o bajo el ataque de patógenos. 

Diversas investigaciones han mostrado que la protección conferida por los hongos micorrícicos deriva en una mejor incidencia y severidad de las enfermedades provocadas por hongos patógenos como Rhizoctonia, Fusarium y Verticillum, así como los oomicetos Phytoptora, Phytium y Aphanomyces.

Además de esto, los hongos micorrícicos se han visto involucrados en la reducción de ataques de insectos fitófagos. 

Las respuestas defensivas contra patógenos son vitales, pero costosas para la planta. Una activación rápida y fuerte de los mecanismos de defensa son cruciales para el control de atacantes. Una estrategia adecuada para esto es el preacondicionamiento de los tejidos vegetales para una activación más efectiva de las defensas. A este fenómeno se le conoce como Priming. Esto mantiene a las plantas en estado de alerta y permite que la respuesta a un ataque sea mas efectiva para contrarrestar al patógeno. 

Priming y Micorriza

Una de las vías involucradas en el Priming es la biosíntesis de ácido jasmónico (JA) en células corticales con presencia de arbusculos. Esta hormona relacionada a diversos procesos como la maduración de embriones, dormancia de semillas, senescencia y respuesta a condiciones de estrés. Los niveles elevados de producción de JA están relacionados con el incremento de la resistencia a patógenos e insectos en plantas micorrizadas. Otras hormonas como el ácido abscísico también muestran niveles modificados en plantas micorrizadas, lo que podría contribuir a la resistencia a atacantes. 

 Este modelo ilustra el Priming en la defensa modulada por el JA. (a) Ante el ataque de un patógeno, la planta produce señales de JA y SA (acido salicílico) para coordinar la respuesta apropiada. (b) El Priming micorrícico de JA acelera la respuesta de mecanismos de defensa, resultado en mayor capacidad de resistencia. 

La simbiosis micorrícica tiene un impacto importante en las interacciones de las plantas con patógenos e insectos, estas asociaciones generalmente inducen una reducción del daño causado por patógenos edáficos, así como los necotrofos que atacan las partes aéreas. Este tipo de reacciones de bajo costo energético para la planta puede ser una de las múltiples razones por las que la asociación micorrizica se ha conservado íntegramente durante la evolución vegetal, además de estar ampliamente distribuida a lo largo y ancho del planeta. 

No olvides que las micorrizas son una de las mejores y más efectivas herramientas biotecnológicas para mejorar la producción agrícola, conferir resistencia a los cultivos y preservar la fertilidad del suelo. En MicorrizasSuppra, podemos ayudarte a obtener estos y más beneficios.

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Ing. Fernando Soto
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Bibliografía. 

Pozo, J. M. & Azcón-Aguilar, C. 2007. Unraveling mycorrhiza-induced resistance. Current Opinion in Plan Biology. 10: 393-398