Sustentabilidad agrícola y microbiología del suelo

De manera natural, un suelo sano presenta una gran diversidad de microorganismos cuya presencia y efectos sobre el mismo, son de vital importancia para mantener una buena fertilidad, ya que se contribuye al reciclaje de los nutrientes generados por la descomposición de la materia orgánica y a su nivel de asimilación y aprovechamiento por parte de organismos vegetales. Como consecuencia de la actividad agrícola convencional, que se fundamenta en el aporte energético por fuentes externas al suelo (fertilizantes), así como agroquímicos destinados a la erradicación de organismos considerados ¨patógenos¨, se ha perdido poco a poco la diversidad natural de los suelos, al grado de que estos han quedado desprovistos de vida, lo que repercute directamente sobre la producción agrícola ya que se necesitan dosis cada vez mas elevadas de fertilizantes para obtener rendimientos aceptables, lo que termina por encarecer los costos de producción y reducir las ganancias monetarias.

Mas allá de las repercusiones económicas, debemos entender que el suelo es un componente critico de la biosfera, no solo por la producción de alimentos, sino también por el mantenimiento de la calidad del ambiente (Moreno, 2016) ya que el suelo almacena, filtra y transforma gran cantidad de sustancias incluyendo el agua, los nutrientes y el carbono. Entendamos al suelo no como un material inerte bajo nuestros pies, si no como una plataforma dinámica de intercambio y transformación donde interactúan una gran cantidad de factores bióticos y abióticos para brindar las condiciones necesarias que sustenten las cadenas tróficas de las que depende la vida en el planeta.

Suelo vivo

Existe una gran diversidad de microorganismos viviendo en el suelo, de los cuales podemos rescatar dos debido al gran interés que han despertado gracias a su aprovechamiento en la agricultura sustentable: rizobias y hongos micorrícicos.

  • Bacterias fijadoras de nitrógeno.

Las bacterias del género Rhizobium son conocidas por su capacidad de formar una relación simbiótica con las raíces de las plantas, principalmente las leguminosas. De dicha asociación se generan estructuras nodulares en las raíces en las que se lleva a cabo la reducción del nitrógeno atmosférico para incorporarlo, mediante la enzima nitrogenasa localizada al interior del nódulo, en compuestos ricos en nitrógeno, los cuales serán utilizados por el metabolismo celular para satisfacer los procesos fisiológicos de la planta. Con esto se contribuye directamente al enriquecimiento de la fertilidad del suelo, ya que se estimulan los procesos microbianos de transformación de la materia orgánica y reciclaje de nutrimentos necesarios en los sistemas agrícolas productivos (Ferrera y Alarcón, 2001).

  • Simbiosis micorrícica.

Los hongos micorrícicos (HM) son un conjunto de microorganismos fúngicos que forman una relación simbiótica con las raíces de las plantas, según la cepa de hongo, pueden desarrollarse dentro o sobre la raíz. Se sabe que los HM han contribuido a la evolución y adaptación de las plantas en el ecosistema terrestre, por lo que su implementación en sistemas agrícolas no debería resultar algo extraño, si no una recuperación de antiguas relaciones que de manera natural han existido en las plantas desde hace millones de años. Al inocular HM en un sistema agrícola, se presenta mayor sanidad, vigor e incluso calidad de los organismos vegetales, características que repercuten en la capacidad de adaptación a diferentes condiciones edáficas y climáticas, así como en su productividad. Algunos investigadores consideran como a la simbiosis micorrícica como un elemento homeostático (equilibrante) ya que participa como conector y regulador entre el sistema primario (plantas) y el subsistema descomponedor (microorganismos del suelo) lo que mejora la disponibilidad de nutrientes y facilita la absorción de estos por parte de la planta. Otros beneficios observados a partir de la inoculación de micorrizas es la mineralización de la materia orgánica, solubilización del fosforo y control biológico de otros hongos patógenos.

La importancia de la microbiología del suelo radica en la necesidad de los sistemas agrícolas por mantener la fertilidad del suelo, alargando su vida útil y mejorando los rendimientos del cultivo al mismo tiempo que se reducen la dosis de fertilizantes que lo único que hacen es enmascarar la degradación de nuestros suelos. Además de esto, podemos hablar de una contribución excepcional en la regulación del cambio climático debido a la captación y almacenamiento de carbono en el suelo, lo que ayuda a equilibrar la balanza del impacto ambiental provocado por la actividad humana.

La única solución real al desequilibrio que hemos generado en nuestros suelos es recuperar la biodiversidad natural de los mismos, comprendiendo que todo tiene una razón de ser en el intrincado engranaje que hace girar a la Tierra en el sentido de la preservación de la vida.

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Ing. Fernando Soto

Contacto: 3321566198

Bibliografía.

Ferrera Cerrato, Ronald; Alarcón, Alejandro (2001) La microbiología del suelo en la agricultura sostenible. Ciencia Ergo Sum, vol. 8, núm. 2

Moreno Sarmiento, N. (2016). La agricultura sostenible un reto para la microbiología del suelo. Revista Colombiana de Biotecnología, 18(1), 5-6