De acuerdo con su significado original, las hormonas son moléculas señalizadoras que son producidas en bajas concentraciones por alguna parte del cuerpo de un organismo y que serán transportadas hacia otra parte del mismo, donde se unirá a un receptor especifico y activará una serie de respuestas en las células y tejidos a los que va dirigida. Una definición mas actual y especifica para el reino vegetal toma el termino de plant growth regulator (Regulador de crecimiento vegetal) para describir a los compuestos orgánicos, sean sintéticos o naturales, que modifican o controlan una o más procesos fisiológicos específicos dentro de la planta. Además de esto, las hormonas vegetales tienen roles importantes en los procesos de respuesta ante condiciones de estrés biótico y abiótico. Cada una de estas hormonas o reguladores de crecimiento vegetal poseen funciones específicas; sin embargo, pueden interactuar entre si de manera antagónica o cooperativa mediante complejas señalizaciones cruzadas. 

La siguiente tabla muestra el funcionamiento y el sitio donde se producen las hormonas vegetales hasta ahora conocidas:

Desde hace algunas décadas, se ha estudiado la interacción y el papel que juegan las hormonas en el establecimiento de relaciones simbióticas entre hongos micorrícicos arbusculares (HMA) y las raíces de las plantas. De estas investigaciones se ha logrado descubrir la función de algunas de estas hormonas durante los procesos de micorrización:

  • Acido Abscísico (ABA): La aplicación de ABA exógeno promueve la colonización de las raíces y la formación de arbusculos durante las etapas tempranas del establecimiento de esta simbiosis; además, mantiene la dormancia de las esporas durante la fase asimbiótica. Esto indica que el ABA crea un contexto metabólico favorable previo al contacto y colonización de HMA. 
  • Jasmonatos (JA): Los resultados al respecto son un poco menos claros que en el caso de otras hormonas, pero se ha observado que, en las plantas con un grado avanzado de micorrización, el ácido jasmónico presenta mayor concentración, recordemos que esta hormona juega un papel vital en la respuesta defensiva contra patógenos, por lo que esta elevada concentración propiciada por la actividad simbiótica puede tener implicaciones favorables para las plantas. 
  • Estrigolactona: La interacción cruzada entre esta hormona, el ácido abscísico y las auxinas muestra comportamientos positivos referente a la estimulación del crecimiento de las micorrizas, por lo que puede ser clasificado de manera segura como un promotor de la micorrización. 

Aún hace falta mucha investigación por realizar en el ámbito de las interacciones planta-microorganismos; sin embargo, hoy sabemos que la micorrización de cultivos aporta extensos beneficios, ya sea visto con el enfoque practico agronómico, o al estudiar los procesos bioquímicos relacionados con esta interacción. 

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 Ing. Fernando Soto 

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