La capa superficial de la tierra, a la que llamamos suelo, es una parte fundamental para permitir la vida en la tierra. Es considerado como una interfase; el sitio donde convergen diferentes partes de un sistema, el suelo es formado allí donde se unan la tierra sólida, la atmosfera, la biosfera y la hidrosfera. Se trata de una combinación de materia mineral y orgánica, agua y aire; es el puente entre la vida y el mundo inanimado.
Es en esta fina capa de increíble complejidad donde se sustenta la vida; todo inicia y todo termina en él.
El proceso al que se atribuye la formación del suelo recibe el nombre de edafogénesis, y es el resultado de la interacción de múltiples factores que derivan en la formación de un material compuesto de una mezcla de roca desintegrada (material mineral) y de humus (materia orgánica); así como agua y espacios porosos por los que circula el aire.
Meteorización
Dentro de los procesos de la edafogénesis, la meteorización es la principal responsable de la disgregación y fragmentación de la roca madre, lo que dará lugar al inicio de la formación del suelo. Definiendo lo que es la meteorización: Fragmentación física (desintegración) y alteración química (descomposición) de las rocas de la superficie terrestre, o cerca de ella. Existen varios tipos de meteorización, a continuación, se detallan los principales.
- Fragmentación por hielo (Gelifracción):
En la naturaleza, el agua se abre camino a través de las grietas de las rocas y, tras su congelación, expande y aumenta el tamaño de estas aberturas.
Después de muchos ciclos de congelación-deshielo, la roca se rompe en fragmentos angulares.
- Descompresión:
Cuando grandes masas de roca ígnea quedan expuestas a la erosión, comienza a soltarse grandes losas concéntricas, proceso conocido como lajeamiento. Esto ocurre, principalmente por la gran reducción de la presión que se produce cuando la roca situada encima es erosionada.
- Expansión térmica (Termoclastia):
El calentamiento de una roca produce expansión, y el enfriamiento causa contracciones. La dilatación y reducción repetida de minerales con índices de expansión diferentes pueden ejercer cierta tensión sobre la capa externa de la roca.
- Disolución:
Se trata de un tipo de meteorización química. Si bien la mayoría de los minerales son insolubles en agua pura, múltiples factores ambientales y biológicos pueden acidificar el agua, lo que aumenta su fuerza corrosiva. Periodos de miles de años pueden disolver grandes cantidades de piedra caliza que serán transportados por agua subterránea, esto suele dar lugar a sistemas inmensos de túneles, grutas y galerías subterráneas.
- Oxidación:
Los minerales ricos en hierro son propensos a oxidarse cuando el oxigeno se combina con el hierro para formar óxido férrico. Este proceso se ve acelerado en presencia del agua.
- Hidrolisis:
Consiste básicamente en la reacción de cualquier sustancia con el agua, a menudo acelerado por la adición de iones hidrogeno provenientes del dióxido de carbono. Es el tipo de meteorización química que mas profundamente ataca a las rocas, destacando a los silicatos.
Estos procesos de meteorización no son capaces de dar forma a un suelo por si solos, ya que solo se encargan de reducir las rocas a fracciones mas pequeñas, o alterar su estructura mediante reacciones químicas, para que un suelo pueda formarse también son requeridos los llamados factores de formadores del suelo.
- Roca madre:
Es la fuente de la materia mineral meteorizada a partir de la cual se desarrolla el suelo, factor fundamental que influye en la formación del nuevo suelo. Experimenta gradualmente cambios físicos y químicos derivados del ambiente al que se encuentra expuesta.
- Tiempo:
La naturaleza del suelo se ve muy influida por la duración de los procesos a los que es sometido. De manera general, se dice que cuanto mas tiempo ha estado formándose un suelo, mayor será su grosor y menos se parecerá a la roca madre.
- Clima:
Se considera como el factor mas influyente en la formación del suelo, ya que la temperatura y las precipitaciones son los elementos que ejercen el efecto mas fuerte sobre la formación del suelo. Además, las condiciones climáticas constituyen un control importante sobre el tipo de vida animal y vegetal en el sitio.
- Plantas y animales:
Los tipos y la abundancia de organismos presentes tienen una fuerte influencia sobre las propiedades físicas y químicas de un suelo. Ellos son los encargados de proporcionar materia orgánica al suelo.
- Topografía:
Las variaciones en la topografía pueden inducir el desarrollo de variedades localizadas de tipos de suelo. Muchas diferencias existen debido a la pendiente, ya que tiene un efecto significativo sobre la magnitud de la erosión y el contenido acuoso del suelo.
Además de estos factores, se sabe que la acción de los microorganismos en el suelo es de vital importancia para la formación de un suelo sano y fértil, así como su conservación y recuperación a lo largo de los años. Microorganismos como las Micorrizas son capaces de ayudar a la reintegración a los suelos de la materia orgánica, asi como generar condiciones adecuadas de estructura física y composición química, brindar estabilidad y resiliencia a los suelos, lo que aumenta enormemente la capacidad de estos para sustentar a la vida vegetal que se desarrolla en ellos.
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Ing. Fernando Soto
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