Mantener un suelo agrícola en optimas condiciones de fertilidad e integridad de sus propiedades es de vital importancia para asegurar la duración de la vida útil del mismo, así como su continua regeneración y conservación, dicho mantenimiento repercute directamente sobre el rendimiento y la salud de los cultivos, que a ultima instancia ejercen una influencia importante sobre la calidad e inocuidad del producto final. Con esto en mente, se han realizado diversas investigaciones a lo largo de los años en materia de conservación y abonado del suelo, lo que ha generado diversas técnicas y herramientas que permitan lograr este objetivo, entre ellas podemos encontrar a los abonos orgánicos o compostas. Una composta es el resultado del proceso de compostaje, es decir, de una transformación microbiana de los residuos orgánicos de diversa índole, bajo condiciones controladas (Olivares-Campos y col, 2012). Según diversos autores, los abonos orgánicos pueden satisfacer la demanda de nutrientes de los cultivos, reduciendo significativamente el uso de fertilizantes químicos y mejorando las características de los vegetales consumidos (Rodríguez et al. 2009) además, los abonos orgánicos mejoran las características de suelos que han sido deteriorados por el uso excesivo de agroquímicos y su sobreexplotación (Nieto et al. 2002). Aunque es necesario mencionar que las propiedades y beneficios de los abonos orgánicos pueden variar dependiendo de su procedencia, edad, manejo y humedad, así mismo se debe ser cuidadoso al utilizar un abono o composta, ya que las compostas inmaduras o mal elaboradas pueden contener sustancias que limiten el crecimiento de las plantas, por lo que siempre se deben preparar, madurar e incorporar al suelo siguiendo las recomendaciones pertinentes según su material de origen.

Manejo integrado de fertilizantes y abonos; beneficios sobre el rendimiento.

Hace algunos años (2010) El Centro Universitario de Investigación y Transferencia de Tecnología de la Universidad Autónoma de Chiapas realizo una investigación muy interesante que tenia como finalidad el demostrar la importancia de llevar un adecuado manejo integral de fertilizantes convencionales al mismo tiempo que se enriquece el suelo con compostas orgánicas, mediante un experimento en cultivos de maíz durante el temporal se pudo analizar la respuesta de la planta y el rendimiento del grano/Ha bajo tratamientos de composta, bocashi y humus de lombriz con dosis altas (adecuadas según el suelo y las necesidades el cultivo) y bajas de fertilizantes, comparado con un control sin ningún tipo de abono orgánico. Los resultados hablan por sí solos, un aumento en el rendimiento por hectárea de hasta 3,600kg para los tratamientos con abonos orgánicos, así como un mejor aprovechamiento del fertilizante empleado y un mayor porcentaje de inoculación de micorrizas nativas, lo que repercute positivamente sobre el desarrollo y salud general de la planta.

El proceso de compostaje (Álvarez, 2010).

Podemos definir al proceso de compostaje de la siguiente manera:

“descomposición biológica y estabilización de la materia orgánica, bajo condiciones que permitan un desarrollo de temperaturas termofílicas como consecuencia de una producción biológica de calor, que da un producto final estable, libre de patógenos y semillas de malas hierbas y que aplicado al terreno produce un beneficio’’

Durante este proceso se suceden una serie de etapas caracterizadas por la actividad de distintos organismos, existiendo una estrecha relación entre la temperatura, el pH y el tipo de microorganismos que actúa en cada fase. Estas etapas son descritas a continuación:

  1. Preparación: Se acondicionan y mezclan los materiales de partida para regular su contenido en agua, el tamaño de partículas, eliminar los elementos no transformables y ajustar los nutrientes para lograr una relación adecuada C/N.
  2. Descomposición mesófila: (< 40ºC) Se produce una degradación de azucares y aminoácidos por la acción de grupos de bacterias (Bacillus y Thermus).
  3. Descomposición termófila: (40-60ºC) Se degradan ceras, polímeros y hemicelulosa por hongos del grupo de los actinomicetos (Micromonospora, Streptomyces y Actinomyces)
  4. Descomposición mesófila de enfriamiento: (< 40ºC) Se realiza la degradación de las celulosas y ligninas por bacterias y hongos (Aspergillus y Mucor).
  5. Maduración: Se estabiliza y polimeriza el humus a temperatura ambiente, desciende el consumo de oxigeno y desaparece la fitotoxicidad.
  6. Afino: Se mejora la granulometría, se regula la humedad, se elimina el material no transformado, se realizan análisis, controles de calidad y en su caso el envasado y etiquetado.

A través de estos procesos, se transforman residuos orgánicos en recursos hasta ahora no utilizados y se vuelve hacia una agricultura mas racional, acorde con el respeto a la naturaleza y mas sostenible, lográndose mayor rentabilidad a medio y largo plazo.

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Bibliografía.

Álvarez, J.M. 2010. Manual de Compostaje Para Agricultura Ecológica. Consejería de Agricultura y Pesca, Junta de Andalucía.

Álvarez-Solís, J.D.; Gómez-Velasco, D.A.; León-Martínez, N. S. y Gutiérrez-Miceli, F.A. 2010. Manejo Integrado de Fertilizantes y Abonos Orgánicos en el Cultivo de Maíz. Agrociencia 44: 575-586.

Olivares-Campos, M.A.; Hernández-Rodríguez, A.; Vences-Contreras, C.; Jáquez-Balderrama, J.L. y Ojeda-Barrios, D. 2012. Lombricomposta y composta de estiércol de ganado vacuno lechero como fertilizantes y mejoradores de suelo. Universidad y Ciencia. 28 (1): 27-37.